Todavía entre los escombros

LA RECONSTRUCCIÓN DE HAITÍ NO AVANZA MIENTRAS MILES SE ADAPTAN Y SOBREVIVEN,
Tres niños buscan debajo de los escombros entre las ruinas en Delmas, lejos del principal campamento para refugiados donde el coro de una iglesia baptista se cuela entre las carpas y una mujer cuida a su hija... y espera.
Igual que una anciana en la parte baja de la ciudad cuyo brazo extendido condensa toda la miseria de un pueblo: el polvo impregnado en su cuerpo cadavérico; el dolor contenido de un año aciago. Igual que los niños que van a la escuela: los rostros de una alegría remota.
Igual que la gente que anda en la calle: como si nada hubiera pasado. Como en el poema de Vicente Huidobro, Haití es un reloj que perdió sus horas.
“Quisiera irme de aquí, pero no tengo adónde”, dice Mervil Edeline, de 28 años, sentada con su bebé, protegiéndola del sol en una de las pequeñas calles en el Campo de Golf de Petion-Ville, el lugar donde permanecen todavía 60,000 damnificados.
Es el campamento más grande de la ciudad y el colmo de las paradojas: A la entrada, una enorme reja se abre como un sello de la ostentosa clase alta haitiana.
Un par de kilómetros más abajo, por un camino de tierra, miles de refugiados pobres conviven en una ciudad dentro de otra.
“Mi casa se cayó y lo perdí todo. Sólo me queda esperar”, dice Edeline a LISTÍN DIARIO.
Mervil Edeline, Nadege Tinelien, Yves Royal, Caricia Louivil, Roland Joseph son nombres que nadie conoce, gente que sobrevive como puede y que se acomoda a las circunstancias un año después del devastador terremoto que hundió al pueblo de Haití en la peor desventura, que causó 222,570 muertos, que hirió a 300,000 personas y que dejó un millón trescientos mil damnificados, casi el 15% de toda la población haitiana.
Además, cerca de 105,000 viviendas fueron totalmente destruidas y más de 208,000 sufrieron daños. Más de 1,300 instituciones educativas y más de 50 hospitales y centros de salud colapsaron o quedaron inutilizables.
Son números que la gente común desconoce y a la que quizá ni siquiera le dice algo, pero en el gobierno, en los organismos internacionales y en las ONG, es de todo lo que se habla, igual que de la demora en la recuperación.
“Mientras los haitianos se preparan para el primer aniversario del terremoto, cerca de un millón de personas aún permanecen desplazadas.
Menos de un 5 por ciento de los escombros han sido retirados, sólo un 15 por ciento de las casas temporales que se necesitan han sido construidas y se han construido relativamente pocas instalaciones permanentes de sanidad y agua”, dijo la semana pasada en un informe la organización Oxfam, una de las que cuenta con mayor presencia en el país.


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